martes, 27 de enero de 2009

Choferes amenazan alborotar el Metro

El Nacional- Cientos de choferes dijeron hoy que responsabilizaban al director de la Oficina de Planificación para el Reordenamiento del Transporte Terrestre (Opret), de enfrentamientos y hechos lamentables que se originarían a partir del jueves en las rutas alimentadoras del Metro de Santo Domingo cuando comience a operar.
Oscar de Jesús Francisco y Fermín López, presidente y vicepresidente de la Federación Nacional de Transportistas Unificados (Fentrauni), acusaron al ingeniero Diandino Peña de ignorar, excluir e imponerse por encima de choferes que han brindado servicios al público por más de 20 y 30 años en las rutas que alimentarán el Metro.
“El ingeniero Diandino Peña debe pensar bien lo que va a hacer, y antes de poner en servicio las guaguas para las rutas alimentadoras, debe reunirse primero con los choferes afectados para buscarle solución a este conflicto que advertimos generará hechos impredecibles y lamentables, a los que no queremos llegar”, precisaron Francisco y López.
Recordaron que han realizado marchas, piquetes y vigilias con miras a que el director de la Opret se reúna con los principales dirigentes transportistas a fin de buscarles solución a los choferes que serán desplazados por el Metro, pero siempre los ha ignorado. Sobre las afirmaciones del ingeniero Peña de que las guaguas que alimentarán las rutas del Metro serán administradas por el Gobierno porque los vehículos de los transportistas públicos no reúnen las condiciones, insistieron en que el titular de la Opret debe evitar choque con los choferes e instaron a reunirse con ellos.
“Desde el Gobierno se maneja un plan en contra de los afiliados a Fentrauni y otras organizaciones del transporte de pasajeros, y la Opret acaba de ordenar a los agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet), que apresen los vehículos que no tengan rótulos en sus puertas o en los lados laterales”, manifestaron.
Francisco y López subrayaron que la mayoría de los vehículos afiliados a Fentrauni no tienen rótulos porque la Amet, por orden de la Opret se ha negado durante cuatro años a renovarlos a pesar de que tienen contratos con la Oficina Técnica del Transporte Terrestre (OTTT) desde 2004 y 2005.
“Tenemos pruebas de que la Opret y la Amet tienen un plan en contra de los miembros de Fentrauni, y de que en seis rutas nuestra a los choferes no se les quiere renovar los contratos, por orden de los titulares de esas dependencias pese a tener contratos con la OTTT”, apuntó Francisco.
Según explicó, en las 15 rutas en que ofrece sus servicios Fentrauni que van de la avenida Hermanas Mirabal, de Villa Mella, hasta la Máximo Gómez, que es la principal ruta alimentadora del Metro, transportan el 70 por ciento de todos los pasajeros de esa línea.
Los sindicalistas dijeron que la insistencia del director de Opret en poner a circular las guaguas en las rutas alimentadoras del Metro sin el consenso de los transportistas que aún brindan ese servicio, no es más que “una burla, un abuso y un desafío a los hombres y mujeres que tienen 20 y 30 años trabajando en el transporte de pasajeros”.
Al ingeniero Peña lo tildaron de “insensible, descortés y prepotente, quien se ha negado a sentarse a dialogar con los transportistas que serán afectados por la entrada en servicio del Metro, sin tomar en cuenta los años de trabajo de estos en las rutas alimentadoras”.

Opinan antivalores influyen en las letras del reguetón

El aumento en los índices de deserción escolar, el irrespeto a los valores patrios, la familia y la autoridad, podría tener relación con el contenido de antivalores que expresan las letras de las canciones de los raperos, reguetoneros, hip hop y otros géneros de la denominada música moderna.
La valoración es del siquiata Secundino Palacios, quien dijo que los mensajes de esos géneros musicales contribuyen a crear jóvenes con pensamientos divorciados de las normas de convivencia de la sociedad.
La mayoría de los mensajes de las canciones que interpretan los reguetoneros y raperos carecen de contenido poético, y asumen la vulgaridad, violencia y el consumo de drogas como normas.
“Los principales exponentes de esa música promueven las riñas en los hogares, el abandono de las escuelas y el irrespeto a la autoridad y eso crea un producto (jóvenes) con valores incorrectos”, expuso el profesional de la conducta.
Explicó que la mayoría de quienes escuchan este tipo de música son jóvenes en edades que oscilan entre los 14 y 24 años, que es precisamente el segmento donde se produjo el pasado año el mayor nivel de abandono de la escuela.
Sostuvo que en ese grupo de edades está la mayoría de los integrantes de las bandas juveniles, porque son los que reciben la mayor influencia de los mensajes de reguetoneros y raperos.
El doctor Palacios indicó que otro elemento de influencia es la vestimenta que usan los cantantes de estos géneros, que consisten en invertir las normas establecidas por la sociedad, “Gorras al revés, pantalones sin correas exhibiendo los pantaloncillos y en ocasiones la división de los glúteos”.
Destacó que esa degeneración musical forma parte de la descomposición general de la sociedad en la que vivimos y sostuvo que se puede hacer regué y rap con poesía y letras hermosas.
Recordó que en otros tiempos surgieron géneros musicales que se inspiraban en la naturaleza, el amor, el respeto y la solidaridad, y que muchos de esos cantantes alcanzaron fama mundial y fueron exitosos en los mercados internacionales del disco.
Estimó que no sólo la deserción escolar hay que relacionarla con el contenido de esta música, sino también el crecimiento de la violencia, tráfico de drogas y los embarazos en menores de edad.
Estos ritmos musicales han tenido su mayor auge en los últimos cinco años, con el nacimiento de decenas de grupos integrados por jóvenes y adolescentes de barrios marginados, con poca formación educativa y sin ninguna base musical.
Diversos sectores de la sociedad se han quejado de las letras que cantan los reguetoneros por el alto contenido de palabras osbcenas y su incitación a la violencia.
El sábado de la semana pasada el presidente de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos, licenciado Oquendo Medina, dijo que no disponían de mecanismos para regular a los cantantes de ese género.
Mientras que ayer el secretario de Interior y Policía, Franklin Almeyda, manifestó su disposición de contribuir para la aplicación del reglamento 824 que procura el respeto a la moral y buenas costumbres.
Para mañana, está prevista una reunión entre Almeyda y Medina, mientras siquiatras y sicólogos insisten en que este género musical está influyendo en el comportamiento de los jóvenes.