lunes, 25 de agosto de 2008

Problemas íntimos y muy comunes



Algunas infecciones vaginales causan dolor en vientre.
SANTO DOMINGO. ¿Has oído hablar de vaginosis bacteriana? ¿Y de las infecciones por hongos? ¿Sabes cuáles son las secreciones vaginales normales? Aunque muchas mujeres han oído hablar de la problemática, muchas no están bien claras sobre el tema. Aquí hay algunas aclaraciones.
Una causa de mucho cuestionamiento para la mujer es el hecho de la existencia de alguna secreción o flujo vaginal, desde muy temprana edad, luego de su primera menstruación, algunas veces antes de este tiempo, pero sin dudas es el origen frecuente de visitas al ginecólogo o al pediatra, en el caso de las niñas, pero la duda más frecuente es saber si el flujo que estén presenciando en el momento o a menudo, es normal o algo por lo que deba preocuparse.
Según expone el ginecólogo-obstetra del Centro de Ginecología y Obstetricia, Juan Fuertes Piantini, la presencia de flujo en la mujer puede ser algo normal, cierto grado de humedad en la vagina y genitales externos (labios mayores, menores), pero todo va a depender de sus características: consistencia, cantidad, color, olor, tiempo de aparición y duración.
"El cuello del útero segrega una mucosidad cuyas características (densidad, color, olor, cantidad) van cambiando a lo largo del ciclo menstrual. Esta mucosidad desciende a través de la vagina y mancha la ropa interior".
Explica que, por otro lado las células del tejido que recubre la vagina producen un trasudado que es la barrera principal que se opone a las infecciones que pueden provenir del exterior o del interior y que ayudan a limpiar la cavidad de los desechos bacterianos.
Este flujo permite que la mucosa vaginal tenga una lubricación permanente y las paredes no se adhieran entre sí y no se desequen.
"En la vagina existen microorganismos, bacterias, bacilos, que producen un equilibrio armónico en la cavidad ayudándola a protegerse de agentes patógenos que puedan enfermarla. Para evitar esto, los microorganismos se encargan de mantener un nivel de acidez para contrarrestar los efectos de los agentes causantes de infecciones. Cuando este equilibrio se rompe, se produce una acelerada y desmedida producción de microorganismos que causan un flujo molesto que hace que la mujer sienta humedad, muchas veces con mal olor y hasta llevándola a usar toallas protectoras, que es un error".
Dice que existen bacterias y microorganismos que pueden colonizar el flujo normal y tornarlo patológico produciendo lo que llama Vaginitis (inflamación del tejido de la vagina) o vulvovaginitis cuando también se afecta el área externa. En este caso la mujer se dará cuenta porque cambia el color habitual de amarillo a verde, el olor es fuerte y penetrante, además produce síntomas como ardor al orinar, picazón o enrojecimiento en la piel de la zona.
"Es en este preciso momento cuando se debe consultar al ginecólogo y tener cuidado con la automedicación. El médico tiene el conocimiento y por ende la capacidad de detectar que tipo de microorganismo está causando el daño en el momento que presenta la infección sólo con mirar y percibir las características y también puede auxiliarse de cultivos, estudios específicos para algunos patógenos como la clamidia. Esta última puede llegar a ser causa fundamental de infertilidad en pacientes que no hayan sido diagnosticadas correctamente", resalta.
Este desbalance puede ser ocasionado por la irritación provocada por productos químicos utilizados para el aseo personal, como los que componen las duchas vaginales, el papel de baño perfumado, jabones para producir burbujas y algunos tampones o toallas sanitarias, así como anticonceptivos vaginales y condones. Entre otras causas existentes están el estrés, la mal nutrición, el uso desmedido antibióticos y otros medicamentos que alteran la flora normal vaginal, la diabetes, el embarazo, e incluso por coito con fuerza excesiva.
Señala que la etiología o causa de estas infecciones puede ser muy variada, pueden ser provocadas por hongos, protozoos, gonococo, clamidia, virus, entre otros agentes y la realidad es que algunos de estos pueden ser contraídos por contacto sexual, es por esto que dependiendo de la evaluación que reciba la paciente, y por ende del diagnóstico que se obtenga, se aconseja, en algunos casos, la medicación de la pareja para romper el círculo que pueda provocar una reinfección.
Consejos para evitarla
No utilizar duchas vaginales. Al orinar o defecar (evacuar) la limpieza debe realizarse de delante hacia atrás evitando tocar la vulva.
Evitar el uso de protectores diariamente, ropas ajustadas o de colores oscuros que promuevan la humedad.
Utilizar ropa interior de algodón. Utilizar condones al tener relaciones. Es importante higienizar la zona con agua y jabón que contribuya a la acidez de la zona.
No realizar la automedicación. Acudir al ginecólogo cuando aparezca uno de los síntomas o signos mencionados.