martes, 30 de septiembre de 2008

Bush clama a “ciudadanos del mundo”


El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, aseguró hoy a los “ciudadanos del mundo” que el rechazo del lunes en la Cámara de Representantes al paquete de rescate financiero “no es el final del proceso legislativo".
En una breve alocución en la Casa Blanca tras el histórico derrumbe de Wall Street del lunes, Bush instó al Congreso a alcanzar un acuerdo sobre el plan de rescate.
“Estamos en un momento crítico para nuestra economía” que requiere de una actuación “urgente”, porque “si no actuamos ahora, la situación empeora día a día”, subrayó Bush.
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Washington, (EFE).- Los principales líderes del Senado de EE.UU. urgieron hoy a restaurar la unidad para sacar adelante un plan contra la crisis financiera como el que rechazó ayer la Cámara, y que desató acusaciones cruzadas entre demócratas y republicanos.
El líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid, y el líder de la minoría, el republicano Mitch McConnell, hicieron hoy un llamado para acabar con las acusaciones e iniciar la negociación de un plan consensuado.
La Cámara de Representantes rechazó ayer el plan que habían negociado los dos partidos durante el fin de semana, y que hubiera permitido al Tesoro contar con hasta 700.000 millones de dólares para rescatar a la banca de la crisis financiera y devolver la normalidad a los mercados de crédito.
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La Cámara de Representantes rechazó ayer un plan de socorro financiero elaborado por el Gobierno y los líderes del Congreso.
El 60 por ciento de los legisladores republicanos y el 40 por ciento de los demócratas votó en contra de la propuesta.
El presidente sostuvo que, si el Congreso no aprueba su plan, que tiene un costo calculado en más de 700.000 millones de dólares, el daño para la economía de Estados Unidos será “doloroso y duradero".
La economía depende ahora, según Bush, “de una acción decisiva de parte del Gobierno".
“Quiero asegurar a nuestros ciudadanos y a los ciudadanos del mundo entero que éste no es el fin del proceso legislativo”, agregó.
“Poco importa qué senda toma un proyecto de ley hasta que se convierte en ley. Lo que importa es que tengamos una ley. Estamos en un momento crítico para nuestra economía”, indicó.
"La realidad es que estamos en una situación de urgencia, y las consecuencias serán cada día peores si no tomamos medidas", advirtió el mandatario en una declaración pública en la Casa Blanca.
"Pero les prometo a los ciudadanos (estadounidenses) y a los ciudadanos del mundo que éste no es el fin del proceso legislativo", agregó.
"Mi administración seguirá trabajando estrechamente con los dirigentes de los dos partidos" en el Congreso, afirmó.
El plan de rescate de 700.000 millones de dólares fue rechazado el lunes por 228 votos contra 205 en la Cámara de Representantes. Unos dos tercios de los representantes republicanos votaron en contra.
Las bolsas estadounidenses perdieron el lunes un billón de dólares, su mayor caída en valor en un solo día, tras lo cual las bolsas de Londres y París abrieron en baja el martes pero luego se recuperaban.
Wall Street abrió en alza el martes tras la caída récord provocada el lunes por el rechazo legislativo al plan: el Dow Jones subía 1,69% y el Nasdaq 2,61%
Sin embargo, el secretario del Tesoro norteamericano, Henry Paulson, advirtió a los legisladores que deben actuar rápidamente para impedir que el pánico siga afectando a los mercados.
"Debemos hacer algo. Esto es demasiado importante para dejar que fracase", dijo Paulson, arquitecto del audaz plan para absorber hasta 700.000 millones de dólares de deudas hipotecarias incobrables de los bancos tras una ola de espectaculares colapsos bancarios desatados por la crisis "subprime".
La Comisión Europea instó el martes a Estados Unidos a "asumir sus responsabilidades" ante la crisis financiera mundial.
"Descontamos que la decisión (sobre la adopción del plan) pueda ser tomada muy pronto. Estados Unidos debe asumir sus responsabildiades en esta situación", indicó el portavoz de la Comisión, Johannes Laitenberger.
De ese plan dependen no solo la suerte de las empresas norteamericanas sino "la suerte de todo el mundo", agregó.
Pese a que la estabilidad del sistema financiero mundial está en juego, la decisión de los representantes estadounidenses pareció guiarse por la cercanía de la elección presidencial para reflejar lo que piensan muchos contribuyentes: que el ciudadano de a pie no debe pagar por los errores de Wall Street.